miércoles, 18 de marzo de 2009

Cosas cotidianas del amigo de mi amigo...

Es increíble que casi todo tenga su respuesta médica.
Hasta ayer no tenía idea de qué pasaba dentro de su cerebro, por qué sus neuronas no reaccionaban ante la intención de retenerlo, por qué era tan debil.
Día tras día, se preguntaba por qué, a veces entre llantos que constantemente se convertían en algo mucho mayor que un simple sollozo, sentía que se odiaba, que ya no quería continuar si debía seguir así; sin embargo jamás llegó a hacerse daño físico, lo consideraba estúpido, mas le bastaba con seguirse lastimando a sí misma espiritualmente.
Durante la clase de biología, escuchó hablar a su profesor, decía que se forman lazos adictivos en el cerebro y entre más joven sea la persona cuando se crean, más fuertes se vuelven.

- "Increíble entenderlo siete años después" - Decía ella hacia sus adentros, pensando que la lección del día coincidía con ella. Sin embargo, era sólo una hipótesis, quizás no era lo que le sucedía -"No hay ilucionarse mucho" - se repetía hacia sus adentros, haciendo caso omiso a sus constantes impulsos de positivismo. Prefería preguntarle a alguien que supiera antes de sonreír creyendo que ya lo sabe.

No hay comentarios: