jueves, 29 de enero de 2009


Alucinas. Alucino. Alucinamos.
El cielo tiene una magia, algo que te encanta, que te ciega, que te atrapa, que te hechiza, que te hipnotiza, que te hace suspirar, que te hace reflexionar.

Anoche me perdí entre unas chorro y algo estrellas que contaba en el cielo cuando recordé cuántas fantasías me había dedicado a destrozar alguna nublada noche de invierno tratando de buscar alguna estrella solitaria.
Entre el acongojo y la desepción, algo rescató al entusiasmo y la esperanza... Tratando entonces de recuperar aquellas fantasías cuyas piezas rotas habían sido desplazadas por el viento, separándolas unas de otras.
Fue justo entonces cuando sucedió...

catarsis inmediata;
¿Qué fue lo que dije?

No hay comentarios: